
El Tiempo de un Cigarillo
Ojala sea tu cuerpo este cigarrillo
Para sentirlo consumirse
A la orilla de mis labios
A cada bocanada intoxicarme
Con la brasa de tu aliento
En el humo veo tu rostro
Desvanecerse en el vacío
Llenas el espacio de tu risa
Dulce risa de esperanza
Deliciosa risa silenciosa
Que me hace recordar
Las noches de locura
No te consumas cigarrillo
Déjeme soñar aún
Tener el cuerpo de mi amor entre los labios
Para morderle con cariño la pierna
Sobre mi pecho desnudo
Nievan las cenizas
Como aquellas palabras
Que me diste esta noche de invierno
Eran caricias dejando cicatrizas profundas
Ardientes cual hierro
Que marcaba a los esclavos
Caricias incandescentes
Partiendo la carne de mi vientre
Para que pudiese colocarte en el
Aquí en mis entrañas todavía te siento
Como un hijo imposible a matar
No cigarrillo mío
No te acabes
Fugaz es la vida
Evanescentes los amores
Y volátiles los instantes de alegría
Te lo ruego
Déjame recordar el tiempo
En el cual tenía cerca a mis labios
Su boca loca y enamorada
Pero inútil es mi suplica
Yace el cadáver frio en el cenicero
Y no pude llevar a cabo este poema
Entonces
Para que no desaparezcan
En el remolino del olvido
Esos recuerdos antaños
Prenderé otro
Y volveré a imaginar
La forma y la quintaesencia
De mi amorosa diosa
El tiempo de un cigarrillo
